Es cada vez más frecuente escuchar en las consultas a personas que están desanimadas, con vacíos, estados emocionales de irritabilidad, ansiedad, incluso malestares físicos constantes y cuando empezamos a indagar, lo que nos encontramos es que están agotadas.
Aclaro, que la raíz de los síntomas que mencioné, no en todas las ocasiones es el agotamiento, pero si es cierto que el agotamiento trae consecuencias y en muchísimos casos, estas son las que se manifiestan.
La cultura actual nos presenta por un lado una necesidad de producir y producir, pero por otro lado nos presenta un sin número de distracciones: en cada momento tenemos a disposición miles de opciones en las cuales “entretenernos” y perder el tiempo.
Pasas la mayor parte del tiempo atendiendo trabajo o diferentes responsabilidades y el que te queda libre lo gastas viendo Instagram hasta que el sueño al final de la noche te alcanza. Esa es la realidad para muchas personas hoy en día. ¿Será que tiene esto alguna consecuencia en tu salud mental y emocional?
Esta que describo es en muchas ocasiones la vida que está detrás de las personas que presentan algunos de los síntomas que mencioné al inicio.
Con ese estilo de vida ¿dónde queda el tiempo para descansar?
Alguno quizá podría responderme: “Keisy, justamente ahí, cuando me quedo en la cama viendo Instagram es cuando descanso” y es específicamente ahí donde está el error.
¿Realmente genera descanso ver reels durante 2 horas seguidas? Si así fuera, entonces ¿por qué razón cuando llega nuevamente el lunes por la mañana no tenés ningún tipo de ánimo para enfrentar una nueva semana y te sientes cansad@?
Claramente no estoy hablando del descanso del cuerpo solamente, estoy hablando de ese tipo de descanso que calma a tu mente, que hace que tu alma se aquiete y recobre fuerzas.
Aquí está el primer aspecto vital de ese tipo de descanso:
Descansar no tiene que ver con no hacer nada, sino que tiene que ver con hacer algo diferente a lo que te cansó.
¿Qué te descansa a vos? Es una pregunta que suelo hacer en consulta, la mayoría de personas no tienen la respuesta; la mayoría no tiene idea de qué es aquello que los recarga, que lo llena de energía (aunque su cuerpo se canse), qué es aquello que les llena de fuerzas para seguir enfrentando la vida.
Tocar un instrumento, hacer caminatas, leer, escribir, ver un atardecer, tomar un café con un amigo, alimentar hábitos espirituales, hacer algún tipo de voluntariado, etc, etc, etc… las opciones son tan variadas como personas existen. Son cosas que te generan satisfacción y que te permiten conectar con vos, con otras personas y sumar propósito a tu vida.
Manos a la obra:
Te dejo una serie de preguntas que espero te sirvan como un disparador para que puedas tomar decisiones y empezar a accionar:
¿Lográs identificar lo que te descansa?
¿En las últimas semanas, qué actividades hiciste que consideras que te recargaron?
Para las siguientes semanas ¿ya tenés agendado algún espacio de tiempo que esté dedicado a que puedas recargar tu alma?
¿Hace cuanto no sales a tomar en sol y conectar con la naturaleza?
¿Cuándo fue la última vez que tuviste un momento en el que sentís que pudiste conectar con tu alma de una manera gratificante?
¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación con un amigo o familiar que consideras que fue una conversación relevante, que te hizo reflexionar, pensar, reir?
No subestimes el descanso, cuida tu salud mental y construye una vida equilibrada.
Si te interesa ahondar más en este tema, te recomiendo escuchar la serie "Me agoté" de mi podcast Audiblemente. Lo encuentras en Youtube o en Spotify.
Keisy Varela Seas, febrero 2024
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